Las trabajadoras domésticas enfrentan una serie de desafíos en su situación laboral, principalmente la falta de protección legal, social y abuso por parte de sus empleadores asignándoles tareas que en entrevista no quedaron pactadas.
Las mujeres que usualmente trabajan en el sector doméstico son femeninas de escasos recursos, que en su mayoría son mujeres del campo, que quizás con mucha dificultad terminaron la primaria, madres solteras, por lo que están comprometidas o tomar el trabajo que le salga aún cuando ni siquiera llega al salario mínimo que actualmente tiene este sector, de C$ 8020.47.
Unos de los principales desafíos que enfrentan; es la resistencia de los empleadores al pagar el seguro social, un salario digno, jornadas laborales excesivas, falta de respeto a sus derechos básicos como vacaciones y días feriados y pago de liquidación al terminar la relación laboral y las faltas de respeto hacía ellas, muchas de estas aguantan humillaciones, malos tratos por un salario que en muchas ocasiones ni siquiera llega a tiempo.
Tienden hacer tratadas de forma despectiva por parte del empleador, refiriendose de estas como «Sirvientas, Criadas», disminuyendo el aporte valioso que hacen estas en sus hogares y en la economía nacional.
A pesar que existe la Secretaria de la Federación de Mujeres Trabajadoras Domésticas, no existe en sí una regulación que garantice los derechos y deberes de estas, el Código Laboral Nicaragüense establece artículos donde se les proteje principalmente a las que están contratadas con dormida adentro, como:
El artículo 146 del Código del Trabajo obliga al empleador a reconocerles hasta un cincuenta por ciento adicional al salario, al momento de aplicar el pago de sus prestaciones y este 50 por ciento corresponde a la alimentación y hospedaje que deben recibir. |
El abuso por parte del empleador en ocasiones es aceptado por la trabajadora por falta de conocimiento a sus derechos, una ves que estás toman la decisión de poner una denuncia en el MITRAB o en el Tribunal de Apelación Laboral estás dos instancias otorgan los derechos que les han sido negados.
Es evidente que las trabajadoras domésticas en Nicaragua enfrentan una serie de desafíos que requieren una atención urgente por parte de las autoridades laborales y la sociedad en general, iniciando por la regulación en el cumplimiento del salario establecido, la garantía de condiciones laborales justas y el reconocimiento de su valioso trabajo son pasos indispensables hacia una sociedad más equitativa y justa.