En los últimos 30 años, más de 1,1 millones de tortugas marinas han sido víctimas de traficantes y de cazadores sin escrúpulos, donde 44.000 tortugas marinas fueron explotadas cada año durante la última década en 65 países.
Aunque existan leyes ambientales, leyes contra el comercio de la vida silvestre en el mercado negro que protejan a estos animales marinos, los depredadores no las cumplen, y por esta situación se ha afectado a 44 de las 58 principales poblaciones del planeta. Se considera que es una de las industrias ilícitas más lucrativas del mundo.
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Una de las amenazas más graves para la biodiversidad de la vida silvestre, además de la crisis climática, es la matanza y el tráfico ilegal de animales y plantas.
Pero un nuevo estudio reflejó que la explotación ilegal de tortugas marinas reportada disminuyó aproximadamente un 28% durante la última década, algo que sorprendió a los investigadores.
«La disminución durante la última década podría deberse a una mayor legislación de protección y mejores esfuerzos de conservación, junto con un aumento en la conciencia del problema o el cambio de las normas y tradiciones locales», afirmó Kayla Burgher, coautora del estudio.
Según los investigadores, la mayoría de estas tortugas marinas provienen de poblaciones sanas y de bajo riesgo, y es probable que los niveles actuales de explotación ilegal no tengan un impacto perjudicial importante en la mayoría de las poblaciones importantes de tortugas marinas en todo el mundo.