El aumento en los casos de tos ferina en la Unión Europea es una preocupación creciente, según advierte el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC).
Este incremento se ha observado en varios países desde mediados de diciembre pasado, con un impacto particularmente notable en naciones como Bélgica, Croacia, Dinamarca, España, Suecia, Noruega, Países Bajos y República Checa.
Se han registrado casos especialmente alarmantes en Croacia, que ha experimentado un aumento significativo en comparación con el año anterior, con 6.261 casos de la enfermedad entre el 1 de enero y el 15 de marzo.
Asimismo, países como Chequia han reportado la cifra más alta de casos, 3.101 en los primeros tres meses de 2024, se trata de la cifra más alta registrada en seis décadas. La situación se ve agravada por la escasez de vacunas contra la tos ferina y la difteria en algunos lugares.
El aumento de casos también se ha observado en países vecinos, como el Reino Unido, donde ha habido un resurgimiento exponencial de la tos ferina, lo que ha provocado incluso muertes infantiles.
El ECDC sugiere que este aumento podría estar relacionado con la pandemia de COVID-19. La menor circulación durante la pandemia, junto con una posible disminución en las tasas de vacunación en ciertos grupos, podría haber contribuido a la propagación de la tos ferina.
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Un informe publicado en el British Medical Journal también señala que la disminución en las tasas de vacunación es un factor clave en la propagación de la enfermedad. Aunque existen vacunas eficaces, como la vacuna prenatal para embarazadas que protege al feto, en algunos países como el Reino Unido ha disminuido el número de mujeres que reciben esta vacuna.
Es importante destacar que los recién nacidos son especialmente vulnerables a sufrir complicaciones graves, e incluso mortales, debido a la tos ferina.
En la UE, los recién nacidos son los que corren mayor riesgo de sufrir graves consecuencias, muchas veces mortales. De acuerdo con el ECDC,«prácticamente todas las muertes se observan en lactantes menores de tres meses».
Por ello, la inmunización materna y la administración oportuna de la primera dosis de la vacuna son fundamentales para proteger a esta población vulnerable.