Hannah Roth, una madre de 30 años residente en Newport, Tennessee, Estados Unidos, estuvo al borde de la muerte tras desarrollar una neumonía grave como resultado del vapeo.
Roth, quien comenzó a vapear hace cuatro años como una forma de hacer frente al estrés durante la pandemia, se encontró con síntomas preocupantes el mes pasado, incluida una fiebre de 40 °C y un sonido inusual en su pecho.
Después de buscar atención médica, recibió el diagnóstico de neumonía.
Los médicos le advirtieron que el vapor inhalado durante el vapeo estaba dañando sus pulmones de manera similar a «freír pollo caliente» en ellos.
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Las radiografías revelaron un daño significativo, equiparable al de alguien mucho mayor o que hubiera fumado durante muchos años. El impacto en su salud fue alarmante, especialmente como madre de dos hijos.
Roth se sintió «realmente enojada» consigo misma por no comprender los riesgos asociados con el vapeo. Desde entonces, ha dejado de vapear y ha experimentado mejoras en su salud, incluida la desaparición de los sonidos preocupantes en sus pulmones.
A pesar de las ansias, la mujer ha optado por combatir la tentación mascando chicle en lugar de vapear.
Su experiencia la lleva a advertir a los demás sobre los peligros del vapeo, enfatizando la importancia de evitarlo por completo, incluso si se cree tener control sobre ello.