
Jubilados protestaban por medicamentos y mejoras en sus pensiones.
Por tercera semana consecutiva, jubilados argentinos salieron a las calles para exigir el acceso a medicamentos y una jubilación que supere la canasta básica.
La manifestación, realizada en las cercanías del Congreso, fue nuevamente reprimida por las fuerzas de seguridad con gases lacrimógenos y golpes, siguiendo el protocolo antipiquete impulsado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Te puede interesar leer: Situación del Covid-19 en Nicaragua

Los manifestantes, en su mayoría adultos mayores, portaban carteles y utensilios de cocina para hacer oír sus reclamos. Sin embargo, la protesta terminó con al menos 40 heridos, según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también denunció amenazas por parte de la Policía Federal.
El reclamo principal se centra en la difícil situación económica que enfrentan los jubilados. Actualmente, la pensión mínima en Argentina es de 300.000 pesos (aproximadamente 250 dólares), monto que, según los manifestantes, no alcanza para cubrir los costos básicos de vida.
Además, el Gobierno eliminó la fórmula de movilidad jubilatoria que ajustaba las pensiones según la inflación y los ingresos estatales, reemplazándola por un cálculo basado únicamente en la inflación mensual.

Desde marzo de 2024, el bono extraordinario para jubilados está congelado en 70.000 pesos, cuando, de acuerdo con estimaciones, debería haber aumentado a 135.000 pesos para diciembre. Esta situación, sumada a la devaluación del peso y el incremento del costo de vida, ha agravado la crisis para los sectores más vulnerables.
Los jubilados han manifestado su descontento con el Gobierno de Javier Milei, señalando que las políticas económicas han reducido su poder adquisitivo y limitado el acceso a servicios esenciales.
A pesar de la represión, las protestas continúan cada miércoles con el objetivo de visibilizar su situación y exigir respuestas a las autoridades.